Patrimonio

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Ermita de Belén

Se sitúa en el camino de Guadalupe, cerca de los confines del término de Cañamero y poco antes de subir la cuesta de Puerto Llano. El valle de Belén es un encantador paraje en el que el río Ruecas no deja de correr. El desfiladero se abre para forma una olla en la que el sol entra fácilmente. El marco es idílico, el bosque de rivera, rodeado de sierras de cuarcita que elevan sus crestones a los cielos.

La ermita es modesta, tiene alguna ampliación posterior a su construcción original. La puerta, aunque es muy antigua la trajeron del pueblo y la encajaron en la ermita, a la vez si hizo el soportal.

El interior está formado por una única nave, con arcos de ladrillo que prácticamente arrancan desde el suelo. El techo es una bóveda de cañón corrido. Todo está pintado de blanco menos el último tramo y la cabecera que lo hace con unas hermosas pinturas barrocas del siglo XVII al fresco. Representan motivos vegetales y otros más simbólicos como la Luna, el Sol, el Árbol de la Vida, una fuente...

En el tramo del cañón decorado hay otras similares pero de estilo rococó, de la segunda mitad del siglo XVIII en los que con motivos vegetales, roncallas y nos graciosos querubines que tocan instrumentos musicales.

Preside el templo una imagen muy especial. Una talla gótica de Nuestra Señora de Belén, del siglo XIV o XV, desde el siglo XVII aparece vestida y con alguna mutilaciones y añadidos para elevarla y encajarla los trajes.

La talla original ya está vestida y pintada con los colores de la época: una túnica escotada con adornos vegetales y geométricos. Tiene un curioso gorrete.

Hay una casa al lado destinada a vivienda del santero. Casi siempre ha habido uno que se encargaba del cuidado de la ermita y su entorno a cambio de casa, huerto y tierra para trabajar.

Se acude dos veces al año: el 24 de enero Los Quintos llevan van en romería para celebrar su mayoría de edad, el Lunes de Pascua es todo el pueblo el que celebra su gran romería.

Tipo
Iglesia